martes, 16 de octubre de 2012


Quise quererte,
en ti mismo, quererte,
acariciando cada uno de tus sueños
 cada uno de tus sigilos callados.

Me atreví a susurrar sueños,
a susurrarte deseos alcanzables,
más atrevida: quise besarte
y borrar de ti toda tristeza.

Fue ese instante inacabado,
en el que vi tu mirada y su ternura,
el tintineo de esa emoción infantil,
el alma abierta a sentimientos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario